Uno
de los “mitos
urbanos”
muy extendidos en nuestra sociedad dice que debemos beber agua
continuamente. En muchos círculos de conversación está muy
extendida la idea de que debemos beber tantos litros de agua al día
o que es necesario beber agua continuamente. La imagen de una botella
de agua cerca de nosotros, en los despachos, oficinas y en general en
los diversos puestos de trabajo es muy frecuente. Beber agua
constantemente se ha convertido en un hábito muy común. Pues bien,
este hábito de beber agua continuamente no parece ser tan saludable
como se piensa, según diversos estudios científicos.
La
sed es un “sentimiento”
que
tiene el cuerpo humano y que nos lleva a beber agua. La sed supone un
mecanismo de regulación en el organismo. El cuerpo da sensación de
sed cuando, entre otros motivos, quiere regular las concentraciones
de sodio. Niveles de sodio altos en el cuerpo puede tener
consecuencias muy graves para la salud. Ante este hecho, el cerebro da
la orden de generar la sensación de sed para tener la conducta de
beber agua. La ingesta de agua regula los niveles de sodio de manera
que el cuerpo recupera así el equilibrio.
Beber
agua poco a poco durante todo el día hace que el cerebro pierda la
capacidad de regular la sed. Beber agua continuamente sin esperar a
tener la sensación de sed provoca hiponatremia, es decir, baja los
niveles de sodio. La carencia de sodio en el cuerpo como consecuencia
de beber agua constantemente supone una alteración grave para el
funcionamiento del organismo, llegando a provocar la muerte por
parada cardiaca en hiponatremias severas.
Las
evidencias científicas hacen referencia a que beber agua
continuamente durante todo el día podría ser perjudicial para la
salud.
Si
quieres tener una conducta saludable no bebas agua sin esperar a tener
sed.
Federico Cerrada
Fisioterapeuta
Osteópata D.O
Experto en
Psiconeuroinmunología clínica
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